miércoles, 9 de mayo de 2007

Nuestra Historia

Se conocían desde hace tiempo, ella apenas una adolescente tratando de ser mujer y el un joven con un pensamiento mas maduro que el de ella, sus conversaciones se basaban en la música, hablando de las bandas del momento o de lo contrario contándose de la rutina de sus respectivas escuelas, a pesar de que eran conversaciones simples formaron una relación sólida de lo que ellos conocían como amistad, él no la podía ver como algo mas que amiga porque la diferencia de edades en esa época le pesaban. Hubo una pausa bastante larga en su amistad, se perdió la comunicación y sus charlas se desvanecieron durante un tiempo, como el otoño donde las hojas se desprenden de los árboles y el viento se las lleva sin una ruta establecida, cada uno tomo un camino distinto y cada uno formo historias nuevas.

Pero un día el destino los volvió a unir. El la encontró de nuevo y se sorprendió al ver que ya no era la adolescente del pasado tratando de ser mujer, se podría decir que ahora si era una mujer en toda la extensión de la palabra, la diferencia de edades disminuyo y todo cambio, platicaron mucho ahora esas conversaciones eran distintas al igual que sus historias, él con una pareja se podría decir estable y ella saliendo de una dolorosa ruptura que cambiaba su versión de lo que realmente es el amor. A él le dolía esa relación que estaba algo viciada por los celos, se hacían un daño irreparable y el le externaba ese dolor a ella que trataba de consolarlo dándole consejos y tratando de mitigar el dolor, así pasaron varios meses hasta que él no pudo más y su relación se fracturo y es ahí donde ella narra lo hechos:

“Quisiera ser alcohol para evaporarme en tu interior… recuerdas Alejandro que anhelaba esa canción la noche anterior y tu me abrazabas y decías que después irías con el dj para que me la pusieran. Esa noche primero bailamos en un antro canciones de moda donde todos se dejan llevar por ese baile sensual y nosotros no éramos la excepción, tu te acercabas a mi y ponías tus largas manos alrededor de mi cintura moviéndonos de una manera suave y sensual e intercambiando miradas, siendo cómplices tal vez del momento que estábamos viviendo, no planeamos que eso sucediera, pero tal vez el dolor que cada uno experimentaba nos unió para desvanecerlo aunque fuera solo esa noche.

- No tengo que llegar a mi casa esta noche, perdí permiso para quedarme en casa de una amiga, esta noche quiero disfrutarla y no hay hora de llegada- reí un momento

- Vaya eso se vuelve interesante- me tomaste de nuevo de la cintura y nuestros labios chocaron intensamente.- Vamos a dormir esta noche juntos por favor

- No como crees, puedo llegar tarde a casa de mi amiga pero no

- Vamos por favor – y me volviste a besar

No sabía porque se habían desencadenado así las cosas pero sentí la necesidad de estar a tu lado y acepte la invitación. Saliendo del antro nos dirigimos a un bar, te sentía tan ligero, tan libre, yo con algo de incertidumbre y a la vez sorprendida porque no te importaba agarrarme de la mano y que nos encontráramos a tu ex, eso me dio más seguridad al ver que no te importaba.

Al llegar al bar oímos otra música diferente, retrocedimos en el tiempo y nos extasiamos al escuchar las canciones de las que en el pasado hablábamos, fue cuando te cante en el oído un fragmento de la canción de Quisiera ser alcohol, tus ojos tenían otro brillo, que hace mucho no lo veía, me emocione al escucharte decir “Esto era mi vida antes” te abrace y esta vez el abrazo fue demasiado intenso y nos quedamos por minutos así, unidos por los recuerdos, la luces se encendieron, era la llamada que anunciaba el cierre del lugar, nos tomamos de la mano y salimos de ahí.

Caminamos mucho y platicábamos de lo bien que nos la pasamos, llegamos al auto todavía emocionados por lo que habíamos experimentado en aquel lugar, encendiste el motor del auto y partimos hacia otro lugar, ahora cada quien sumido en sus pensamientos y haciendo un silencio sutil pero no incomodo, contemplando la carretera y hundidos en una calma total.

Al llegar a la habitación, no te mentiré estaba nerviosa pero pese a ese nerviosismo me sentía con ganas de estar mas cerca de ti. Me adelante y entre primero dejándote atrás, observando toda la habitación mientras tu te acercabas lentamente hacia a mi y me recostabas en la cama, tus besos esta vez no eran tan intensos, eran lentos y dulces, yo enredaba mis dedos en tu cabello y me entregaba a tu boca, “tienes labios de saber besar pensaba”. Poco a poco las caricias se intensificaban y mi respiración se aceleraba, tu me contemplabas, lo presentía, cuando cerraba mis ojos y me dejaba llevar por esas caricias que me proporcionabas, después los papeles se intercambiaron ahora era yo la que me encontraba encima de ti despojándote de tus ropas, ahora tu dejándote llevar, de tus labios me deslice hasta tu cuello y de ahí hasta tu abdomen, ahora era yo la que podía observar como cerrabas los ojos y como tus sonidos se intensificaban al bajar cada vez mas y mas, acariciaba con mis manos tu pecho y tu me acariciabas la espalda que por si no lo sabes es mi punto débil que me hace vibrar de una manera excepcional, tus manos me apretaban y yo aumentaba los besos que te daba. Era como si el mundo se hubiera parado en ese instante y solo existiéramos los dos, dos seres que han sufrido por amor y que trataron por esa noche que se desvaneciera. Te levantaste un poco para quitarme la ropa y cuando los dos estábamos completamente desnudos me pediste entrar dentro de mí ya que no podías contener las ganas de tenerme mas cerca. Entraste lento y un sonido de éxtasis salio de mi garganta me tomabas de la cintura y nuestros movimientos se aceleraban cada vez mas, no parábamos de besarnos y sentirnos, el calor de nuestros cuerpos lo decían todo, mezclándonos en sudor y sintiendo nuestra agitada respiración. Los dos terminamos satisfechos por lo que había sucedido, te abrace y tu cerraste los ojos no lo sabías pero me quede un rato contemplándote, viendo como respirabas y como te desprendías de la realidad para pasar al sueño hasta que me quede dormida enlazada a tu cuerpo.”

Así fue esa noche, se entregaron, se disfrutaron como hace mucho no lo hacían y durmieron abrazados, después de esa noche, todo volvió a la normalidad, no se sabe que les deparará el destino a esos dos seres que trataron de vivir una tregua para olvidar el dolor que los agobiaba, se ha dicho que ellos no quieren una relación estable tal vez el miedo a no poder manejar la relación y terminar dañándose el uno al otro. El se encuentra perturbado por los fantasmas de su pasado y ella vive con el miedo de no poder encontrar al hombre que la haga feliz eternamente.

Dos amigos, dos historias, soledad y pasión engloban su relación, solo ellos podrán escribir el final, solo ellos tienen en sus manos la pluma y el papel para decidir lo que harán…

2 de mayo del 2007

Melissa García Cámara

Entre Ausencia y Pasión…

2 comentarios:

cossete dijo...

Hola, melissa, una pregunta, esos labios son tuyos?
Ven a mi blog y da comentarios.
chao

Anónimo dijo...

sabs q s lo unico malo?? q a vcs olvidas lo q scribs... chek tu prfil

"..y el amor lo puedes encontrar a la vuelta de la esquina no es necesario buscarlo en cualquier momento llegara..."

T quiero primaaaa!!!