Respiraba agitadamente “Tranquila respira” se decía mientras trataba de hilvanar los sucesos desencadenados la noche anterior “larga y tormentosa…que sabor tan amargo siento en la boca” una mezcla entre alcohol que ya se había fermentado en su cuerpo y el mas fuerte y el que más le pesaba el rechazo de él.
- ¿Me das un cigarro por favor?-le dijo Abril a Osvaldo
- Si… esta bien- pero la entonación de su voz y la mueca que se dibujo en su rostro decían lo contrario
- Gracias ¿tienes encendedor?- ella lo había notado y se sintió fatal no podía creer que días antes aquel hombre que se había comportado con mucha ternura cambiara de la noche a la mañana, ahora era como un desconocido al que le desagradaba que le pidieran los cigarros.
- El que busca encuentra-su mano señalo a la cajetilla- está adentro.
- Ah que amable gracias-una sonrisa algo fingida surgió del rostro de Abril, ¿que mas podía hacer?, sonreír y tratar de pasársela bien aunque por dentro se estuviera muriendo de rabia de no poderle decir a la cara que carajos le pasaba.
Se había prometido esa noche no tomar, quería estar cabal porque lo iba a ver y recordaba que muchos de sus tantos encuentros terminaba con muchas copas encima y que en esas ocasiones había perdido la cordura y le reclamaba cosas que no tenía por que externarlas de esa manera, el también hacía lo mismo tomaba y tomaba hasta que perdía la razón y decía cosas que no haría concientemente.
Llego al bar y todos pidieron lo de costumbre cervezas, siempre entre la juventud el presupuesto es mas bajo y lo que sus bolsillos pueden pagar son unas cuantas cervezas que los harán también alucinar si beben en exceso, ella ya en el ambiente pidió una “Solo esta, no va a pasar nada y me divierto igual que todos” entre temas triviales y la música que ambientaba el lugar estaba ella inconscientemente ansiando que apareciera por la puerta que tenia enfrente y que por ratos se salía de la conversación para mirar de reojo cuando llegara. Así paso la media hora y él llego al bar, ella algo nerviosa se hizo la que no lo veía y cuando llego a la mesa saludo a todos y al ultimo a ella, no entendía que estaba pasando, ¿acaso había hecho algo mal? El saludo fue de lo más simple un beso en la mejilla y se retiraba a otra silla que no era al lado de ella. “que demonios le pasa” se preguntaba.
Fue ahí cuando todo se desmorono antes su ojos, el hombre que la había conquistado tiempo atrás se derretía como las paletas de hielo cuando el sol ejerce su fuerza en ellas, decidió darle un giro a la situación, él se estaba comportando tan indiferente pues entonces ella haría lo mismo sino es que el doble de lo que el estaba haciendo. La venganza estaba a punto de sucumbir el lugar.
“Otra cerveza por favor” lo dijo algo fuerte para llamar su atención y lo logro, él se le quedo viendo pero siguió conversando y trato de no ponerle atención, ella se levanto de la mesa y le dijo a su amigo Leonardo que era el dueño del bar que si podía poner el karaoke para cantar, Leonardo con gusto empezó a conectar los aparatos para que ella hiciera su espectáculo y animara a los demás a hacer lo mismo. “Listo el escenario es todo tuyo amiga” ella altiva se dirigió al escenario y agarro el micrófono “Por favor quiero la canción de la diferencia” la música empezó a sonar y ella cantaba aparentando que no le importaba pero la canción decía mas que mil palabras, todos los amigos apoyaban el valor de subirse al escenario y tarareaban la canción algunos con unas copas mas que otros pero todos haciendo los coros, ella cerraba los ojos se inspiraba en la letra, lo que decía le llegaba en el alma “La diferencia entre tu y yo tal vez seria corazón que yo en tu lugar… que yo en tu lugar si… si te amaría” quiso señalarlo pero contuvo su mano y la dirigió a sus amigas, la canción había llegado a su fin, aplausos de todos los que estaban en el lugar se intensificaron y ella se sintió triunfal en la batalla. Entre risas y bromas le decían “Abril que manera de cantar deberías de ser artista” ella agradecida acepto sus cumplidos y se dirigió su asiento pero en seguida la música comenzó a sonar y ella entusiasmada empezó a bailar con el amigo de Osvaldo “Quieres sentir lo que siento ahora veras de lo que soy capaz” pensaba mientras sonreía y bailaba sensualmente con Luis, Osvaldo de reojo la veía y fumaba y charlaba con los demás en la mesa tratando de que no le importara lo que estaba haciendo.
Se podía sentir la tensión en el lugar los dos vengándose, tratando de herirse, jugando con fuego, la desesperación se presentaba en todo su cuerpo, cuando iba a darle otro sorbo a su cerveza se percato de que estaba vacía “maldición parece como si se hubiera evaporado” se levanto y paso al lado de Osvaldo rozándolo levemente, y él volteo y la miro ella inmediatamente siguió no quería verlo mas, solo quería esfumarse del lugar.
- Te encuentras bien- se acerco Leonardo al oído de Abril dándole una ligera palmadita en su hombro
- Si solo que creo es mejor que me vaya ya no tengo nada que hacer aquí
- Tranquila recuerda como es Osvaldo
- No puedo entenderlo, me trata bien unos días y después parece como si todo hubiera sido un sueño que se convierte en pesadilla, no logro descifrar que es lo que quiere.
- Así somos los humanos, la mayoría no sabe lo que quiere
- No aquí no estamos hablando de la mayoría, estamos hablando de Osvaldo
- El te quiere como amiga bien lo sabes
- Si me quisiera no se estuviera comportando como un desconocido
- No se lo que le pasa no he podido hablar con el
- Y no lo intentes ya no quiero saber ahorita nada de él lo único que haré es mejor retirarme antes de que las cosas empeoren.
- Como quieras aunque no me gustaría que te fueras mal
- Créeme que estaré bien- Sabía que no era cierto se sentía mareada y con un dolor que no era posible explicar en ese momento.
- ¿Por qué te vas tan rápido?
- Mañana voy a clases tengo un examen bastante complicado, así que mejor me voy.
- Bueno espero verte otro día
- Si
Melissa García Cámara
14 de mayo del 2007
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