lunes, 14 de mayo de 2007

...

- Regresa - decía ella cuando hablaba con él por teléfono, una lágrima caía y se la limpiaba tratando de que su voz no se quebrara para que el no intuyera que estaba llorando

- No puedo, intentaré pero no te prometo nada, recuerda que necesito salir adelante abrirme camino tal vez para después poder ofrecerte todo.

Ella contenía el llanto, sacaba fuerzas para no doblarse, para imaginar que el destino les preparaba algo mejor.

- Te extraño pero espero que este tiempo se pase rápido porque me esta matando, nunca fuimos nada lo sé, pero te necesito, esta distancia fue para poder darme cuenta que me gustaría pasar el resto de mi vida contigo, pero estando tu tan lejos…- suspiro y se quedo callada.

- Sigues ahí, no te quedes callada termina la frase quiero pensar que lo que dices es verdad, anhelaría que eso pasara…

Ella no pudo responder y colgó, tenía miedo siempre vivió con ese miedo de enamorarse y de pensar que él solo jugaba con sus sentimientos, ella se había enterado aun cuando vivían en el mismo lugar que después de que no se vieron en tanto tiempo él ya mantenía una relación con alguien más, se había ido de la ciudad con una relación que no había terminado, tal vez cuando él regresara volvería con esa persona y ella guardaría el dolor de no tenerlo, así que prefirió colgar y dejar que el tiempo lo decidiera.

En otro país distinto se encontraba Miguel tratando de entender porque había colgado, no le había dicho mentiras solo la verdad, ¿Por qué reaccionar de esa manera? “Mariana” era el único nombre que se le venía a la mente, acostado en su habitación vio su celular y pensó que ella recapacitaría y le volvería a hablar pero no fue así, el teléfono seguía en silencio, al igual que la habitación entera, se imagino como hubiera sido todo si ella no hubiera tenido miedo, ahorita estarían juntos amándose, deseándose pero la realidad era otra y sus vidas tomaron rumbos distintos, ahora Miguel se encontraba tan lejos de ella que prefirió borrar esos pensamientos y dormir.

Mariana estaba al igual que él en su habitación silenciosa, “Miguel” era el único nombre que se le venía a la mente, deseando que él la amara, deseando con todas sus fuerzas que agarrara el primer avión y regresara con ella. Que difícil situación los dos se pensaban, los dos se deseaban, pero las circunstancias eran distintas y ahora se encontraban en países diferentes.

Miguel, Mariana dos iniciales iguales, una relación fugaz pero realmente intensa, con besos ardientes y tiernos a la vez, él tomándola de la mano, abriendo la puerta de su carro para que ella entrara y abriéndola cuando ella saliera, una relación rápida pero intensa, no aguantándose las ganas de sentirse el uno y el otro, con desesperación amándose, jugando a ser felices, imaginando que estarían juntos.

Mariana veía su celular pero al igual que Miguel solo lo contemplo tampoco marco, se acostó se acobijo y cerro sus ojos para dormir…

Dos seres que se atraían pero que el juego de palabras los separo, ¿Algún día ese juego de palabras los volverá a unir? Dejemos que el destino siga trascurriendo y observémoslos, tal vez alguno de ellos tome la iniciativa y así vuelvan a jugar a que son dos amantes que se necesitan y que volverán a unir sus cuerpos para fundirse y hacer solo un alma dispuesta a volver a amar.

2 de marzo del 2007

Melissa entre silencios y deseos

Excesos e Incertidumbre

Respiraba agitadamente “Tranquila respira” se decía mientras trataba de hilvanar los sucesos desencadenados la noche anterior “larga y tormentosa…que sabor tan amargo siento en la boca” una mezcla entre alcohol que ya se había fermentado en su cuerpo y el mas fuerte y el que más le pesaba el rechazo de él.

“No quiero pensarte, no quiero que me duela” tanto daño se habían hecho que no había otros pensamientos que pudieran descartarlo, postrada en la cama pensaba el por que se había permitido llegar hasta ahí hasta el punto de sentirse asqueada por la forma en la que se había comportado tanto ella como él. Nauseas muchas nauseas en todo el cuerpo hasta que no pudo mas y corrió al baño antes de que el vomito se adelantara y manchara todo el suelo de la habitación, inclinada en la taza se despojo de todo su mal o al menos creía que así se desvanecería aunque fuera un poco el dolor “Esta es la ultima vez… ahora si basta esto es inaceptable” cuantas veces había dicho eso, reconocía su problema con el alcohol y anteriormente esas idas al baño eran la rutina de todos los fines de semana pero esta vez sintió no solo la cruda sino el daño que se hacía psicológicamente, pensar y pensar como se estaba destruyendo la incomodaba de tal manera que sus lágrimas caían sin remedio al retrete del cual no podía apartarse.

- ¿Me das un cigarro por favor?-le dijo Abril a Osvaldo

- Si… esta bien- pero la entonación de su voz y la mueca que se dibujo en su rostro decían lo contrario

- Gracias ¿tienes encendedor?- ella lo había notado y se sintió fatal no podía creer que días antes aquel hombre que se había comportado con mucha ternura cambiara de la noche a la mañana, ahora era como un desconocido al que le desagradaba que le pidieran los cigarros.

- El que busca encuentra-su mano señalo a la cajetilla- está adentro.

- Ah que amable gracias-una sonrisa algo fingida surgió del rostro de Abril, ¿que mas podía hacer?, sonreír y tratar de pasársela bien aunque por dentro se estuviera muriendo de rabia de no poderle decir a la cara que carajos le pasaba.

Se había prometido esa noche no tomar, quería estar cabal porque lo iba a ver y recordaba que muchos de sus tantos encuentros terminaba con muchas copas encima y que en esas ocasiones había perdido la cordura y le reclamaba cosas que no tenía por que externarlas de esa manera, el también hacía lo mismo tomaba y tomaba hasta que perdía la razón y decía cosas que no haría concientemente.

Llego al bar y todos pidieron lo de costumbre cervezas, siempre entre la juventud el presupuesto es mas bajo y lo que sus bolsillos pueden pagar son unas cuantas cervezas que los harán también alucinar si beben en exceso, ella ya en el ambiente pidió una “Solo esta, no va a pasar nada y me divierto igual que todos” entre temas triviales y la música que ambientaba el lugar estaba ella inconscientemente ansiando que apareciera por la puerta que tenia enfrente y que por ratos se salía de la conversación para mirar de reojo cuando llegara. Así paso la media hora y él llego al bar, ella algo nerviosa se hizo la que no lo veía y cuando llego a la mesa saludo a todos y al ultimo a ella, no entendía que estaba pasando, ¿acaso había hecho algo mal? El saludo fue de lo más simple un beso en la mejilla y se retiraba a otra silla que no era al lado de ella. “que demonios le pasa” se preguntaba.

Fue ahí cuando todo se desmorono antes su ojos, el hombre que la había conquistado tiempo atrás se derretía como las paletas de hielo cuando el sol ejerce su fuerza en ellas, decidió darle un giro a la situación, él se estaba comportando tan indiferente pues entonces ella haría lo mismo sino es que el doble de lo que el estaba haciendo. La venganza estaba a punto de sucumbir el lugar.

“Otra cerveza por favor” lo dijo algo fuerte para llamar su atención y lo logro, él se le quedo viendo pero siguió conversando y trato de no ponerle atención, ella se levanto de la mesa y le dijo a su amigo Leonardo que era el dueño del bar que si podía poner el karaoke para cantar, Leonardo con gusto empezó a conectar los aparatos para que ella hiciera su espectáculo y animara a los demás a hacer lo mismo. “Listo el escenario es todo tuyo amiga” ella altiva se dirigió al escenario y agarro el micrófono “Por favor quiero la canción de la diferencia” la música empezó a sonar y ella cantaba aparentando que no le importaba pero la canción decía mas que mil palabras, todos los amigos apoyaban el valor de subirse al escenario y tarareaban la canción algunos con unas copas mas que otros pero todos haciendo los coros, ella cerraba los ojos se inspiraba en la letra, lo que decía le llegaba en el alma “La diferencia entre tu y yo tal vez seria corazón que yo en tu lugar… que yo en tu lugar si… si te amaría” quiso señalarlo pero contuvo su mano y la dirigió a sus amigas, la canción había llegado a su fin, aplausos de todos los que estaban en el lugar se intensificaron y ella se sintió triunfal en la batalla. Entre risas y bromas le decían “Abril que manera de cantar deberías de ser artista” ella agradecida acepto sus cumplidos y se dirigió su asiento pero en seguida la música comenzó a sonar y ella entusiasmada empezó a bailar con el amigo de Osvaldo “Quieres sentir lo que siento ahora veras de lo que soy capaz” pensaba mientras sonreía y bailaba sensualmente con Luis, Osvaldo de reojo la veía y fumaba y charlaba con los demás en la mesa tratando de que no le importara lo que estaba haciendo.

Abril aparentaba estar de lo más feliz aunque por dentro se estuviera consumiendo como el cigarro que inhalaba Osvaldo, jamás imagino llegar a ese extremo de sentir como la venganza corría por toda su sangre. Dejo de bailar un momento con Luis para dirigirse a Leonardo y pedirle otra cerveza mas, el alcohol empezaba a surgir el efecto inevitable del mareo pero no le importaba quería olvidar todo el daño que le hacía Osvaldo y tenía el propósito de hacerlo sentir la cosa más insignificante. Le dio el primer trago, un trago bastante largo tan largo que capto la atención de varios en la mesa que le celebraban con bombos y platillos “Abril fondo fondo” ella dejo el vaso y sonrió en ese momento Osvaldo agarro a la amiga de Abril y se puso a bailar, la sonrisa que tenía disminuyo al ver a su amiga y a Osvaldo bailar, ella sintió un fuerte mareo que prefirió sentarse antes de tambalearse y caer.

Se podía sentir la tensión en el lugar los dos vengándose, tratando de herirse, jugando con fuego, la desesperación se presentaba en todo su cuerpo, cuando iba a darle otro sorbo a su cerveza se percato de que estaba vacía “maldición parece como si se hubiera evaporado” se levanto y paso al lado de Osvaldo rozándolo levemente, y él volteo y la miro ella inmediatamente siguió no quería verlo mas, solo quería esfumarse del lugar.

Se podía sentir la tensión en el lugar los dos vengándose, tratando de herirse, jugando con fuego, la desesperación se presentaba en todo su cuerpo, cuando iba a darle otro sorbo a su cerveza se percato de que estaba vacía “maldición parece como si se hubiera evaporado” se levanto y paso al lado de Osvaldo rozándolo levemente, y él volteo y la miro ella inmediatamente siguió no quería verlo mas, solo quería esfumarse del lugar.

- Te encuentras bien- se acerco Leonardo al oído de Abril dándole una ligera palmadita en su hombro

- Si solo que creo es mejor que me vaya ya no tengo nada que hacer aquí

- Tranquila recuerda como es Osvaldo

- No puedo entenderlo, me trata bien unos días y después parece como si todo hubiera sido un sueño que se convierte en pesadilla, no logro descifrar que es lo que quiere.

- Así somos los humanos, la mayoría no sabe lo que quiere

- No aquí no estamos hablando de la mayoría, estamos hablando de Osvaldo

- El te quiere como amiga bien lo sabes

- Si me quisiera no se estuviera comportando como un desconocido

- No se lo que le pasa no he podido hablar con el

- Y no lo intentes ya no quiero saber ahorita nada de él lo único que haré es mejor retirarme antes de que las cosas empeoren.

- Como quieras aunque no me gustaría que te fueras mal

- Créeme que estaré bien- Sabía que no era cierto se sentía mareada y con un dolor que no era posible explicar en ese momento.

Se levanto agarro su bolsa y fue con cada uno de sus amigos para despedirse, “ya te vas” le dijo su amiga algo consternada, solo movió la cabeza y le dio un beso, esa habilidad de las mujeres de poder comunicarse con la mirada hizo que su amiga ya no preguntara nada más, entendió perfectamente lo que sucedía “me voy contigo no te puedes ir tu sola” Abril estaba a punto de decirle que no era necesario, pero necesitaba que alguien la acompañara y no se fuera sola porque no sabía que podría pasar si se iba ella sola a su casa. Ya estaba casi por terminar de despedirse y seguía Osvaldo no quería ni despedirse de él “No seré tan maleducada que vea q no me duele su indiferencia”

- ¿Por qué te vas tan rápido?

- Mañana voy a clases tengo un examen bastante complicado, así que mejor me voy.

- Bueno espero verte otro día

- Si

Un beso en la mejilla y listo estaba a punto de partir “Carajo, que demonios le sucede, espera verme otro día, no puede ser que me diga eso, cuando lo que menos quiero es volverlo a ver, al menos en un buen rato, hasta que se calmen las cosas”. Salio del lugar y estaba a punto de llorar, pero contuvo esas lagrimas, era duro con ella misma, llorar era lo que menos quería en ese momento. Su amiga la acompaño hasta su casa y en el trayecto trato de tranquilizarla, charlaron de todo y de nada, las ideas de Abril estaban inconclusas, no llegaba a ningún punto tal vez el exceso de alcohol la había hecho desvariar un poco o un mucho, en cuanto llego a su casa se bajo abrazo a su amiga y se fue directo a su habitación, sin percatarse de que su mama la esperaba preocupada, había sido 10 de mayo, Abril le celebro el día llevándola a comer pero en la noche había querido irse de parranda, porque ya había cumplido con sus obligaciones de hija, cuando vio a su madre sentada sin haber podido dormir se sintió tan culpable “en que me he convertido” . Su mama no le hizo reproche por la hora al contrario una sonrisa se dibujo en su rostro y le dio un beso que Abril recibió con gran alivio de saber que los únicos que la podían sacar de esa agonía era su familia, la que estaría ahí siempre sin reprocharle nada, lo había comprobado ese día que en lugar de haber recibido un regaño por la hora y porque su mama sabía que al día siguiente era uno de los exámenes mas importantes que cambiarían su vida la había recibido con una sonrisa y un beso que trato por hacerla sentir como un insecto insignificante.

Subió a su cuarto y el malestar en su estomago se apareció como un terremoto que no hay manera de parar, se puso en posición fetal tratando de que el dolor disminuyera, las lagrimas se desbordaron por todo su rostro, lloro mucho no solo por él sino por como estaba llevando su vida, sentía como si se desmoronara, pensaba y pensaba hasta que el sueño se hizo presente y durmió.

“Tranquila, respira” el despertar fue mortal, vomito tanto que sentía que todos sus órganos los devolvería por la boca.

Cuanto daño se puede ocasionar cuando piensas que el alcohol podrá salvarte de sucesos que crees que no podrás arreglar. Abril ha decidió no tomar, cree que su situación podrá ir empeorando si sigue bebiendo en exceso, sus planes han sido tajantes, no va a ver a Osvaldo en un tiempo muy largo, la incertidumbre sigue presente, pero su convicción de dejar de excederse sigue en pie.

Se levanto de la taza del baño y fue a su examen…

Melissa García Cámara

14 de mayo del 2007


miércoles, 9 de mayo de 2007

Nuestra Historia

Se conocían desde hace tiempo, ella apenas una adolescente tratando de ser mujer y el un joven con un pensamiento mas maduro que el de ella, sus conversaciones se basaban en la música, hablando de las bandas del momento o de lo contrario contándose de la rutina de sus respectivas escuelas, a pesar de que eran conversaciones simples formaron una relación sólida de lo que ellos conocían como amistad, él no la podía ver como algo mas que amiga porque la diferencia de edades en esa época le pesaban. Hubo una pausa bastante larga en su amistad, se perdió la comunicación y sus charlas se desvanecieron durante un tiempo, como el otoño donde las hojas se desprenden de los árboles y el viento se las lleva sin una ruta establecida, cada uno tomo un camino distinto y cada uno formo historias nuevas.

Pero un día el destino los volvió a unir. El la encontró de nuevo y se sorprendió al ver que ya no era la adolescente del pasado tratando de ser mujer, se podría decir que ahora si era una mujer en toda la extensión de la palabra, la diferencia de edades disminuyo y todo cambio, platicaron mucho ahora esas conversaciones eran distintas al igual que sus historias, él con una pareja se podría decir estable y ella saliendo de una dolorosa ruptura que cambiaba su versión de lo que realmente es el amor. A él le dolía esa relación que estaba algo viciada por los celos, se hacían un daño irreparable y el le externaba ese dolor a ella que trataba de consolarlo dándole consejos y tratando de mitigar el dolor, así pasaron varios meses hasta que él no pudo más y su relación se fracturo y es ahí donde ella narra lo hechos:

“Quisiera ser alcohol para evaporarme en tu interior… recuerdas Alejandro que anhelaba esa canción la noche anterior y tu me abrazabas y decías que después irías con el dj para que me la pusieran. Esa noche primero bailamos en un antro canciones de moda donde todos se dejan llevar por ese baile sensual y nosotros no éramos la excepción, tu te acercabas a mi y ponías tus largas manos alrededor de mi cintura moviéndonos de una manera suave y sensual e intercambiando miradas, siendo cómplices tal vez del momento que estábamos viviendo, no planeamos que eso sucediera, pero tal vez el dolor que cada uno experimentaba nos unió para desvanecerlo aunque fuera solo esa noche.

- No tengo que llegar a mi casa esta noche, perdí permiso para quedarme en casa de una amiga, esta noche quiero disfrutarla y no hay hora de llegada- reí un momento

- Vaya eso se vuelve interesante- me tomaste de nuevo de la cintura y nuestros labios chocaron intensamente.- Vamos a dormir esta noche juntos por favor

- No como crees, puedo llegar tarde a casa de mi amiga pero no

- Vamos por favor – y me volviste a besar

No sabía porque se habían desencadenado así las cosas pero sentí la necesidad de estar a tu lado y acepte la invitación. Saliendo del antro nos dirigimos a un bar, te sentía tan ligero, tan libre, yo con algo de incertidumbre y a la vez sorprendida porque no te importaba agarrarme de la mano y que nos encontráramos a tu ex, eso me dio más seguridad al ver que no te importaba.

Al llegar al bar oímos otra música diferente, retrocedimos en el tiempo y nos extasiamos al escuchar las canciones de las que en el pasado hablábamos, fue cuando te cante en el oído un fragmento de la canción de Quisiera ser alcohol, tus ojos tenían otro brillo, que hace mucho no lo veía, me emocione al escucharte decir “Esto era mi vida antes” te abrace y esta vez el abrazo fue demasiado intenso y nos quedamos por minutos así, unidos por los recuerdos, la luces se encendieron, era la llamada que anunciaba el cierre del lugar, nos tomamos de la mano y salimos de ahí.

Caminamos mucho y platicábamos de lo bien que nos la pasamos, llegamos al auto todavía emocionados por lo que habíamos experimentado en aquel lugar, encendiste el motor del auto y partimos hacia otro lugar, ahora cada quien sumido en sus pensamientos y haciendo un silencio sutil pero no incomodo, contemplando la carretera y hundidos en una calma total.

Al llegar a la habitación, no te mentiré estaba nerviosa pero pese a ese nerviosismo me sentía con ganas de estar mas cerca de ti. Me adelante y entre primero dejándote atrás, observando toda la habitación mientras tu te acercabas lentamente hacia a mi y me recostabas en la cama, tus besos esta vez no eran tan intensos, eran lentos y dulces, yo enredaba mis dedos en tu cabello y me entregaba a tu boca, “tienes labios de saber besar pensaba”. Poco a poco las caricias se intensificaban y mi respiración se aceleraba, tu me contemplabas, lo presentía, cuando cerraba mis ojos y me dejaba llevar por esas caricias que me proporcionabas, después los papeles se intercambiaron ahora era yo la que me encontraba encima de ti despojándote de tus ropas, ahora tu dejándote llevar, de tus labios me deslice hasta tu cuello y de ahí hasta tu abdomen, ahora era yo la que podía observar como cerrabas los ojos y como tus sonidos se intensificaban al bajar cada vez mas y mas, acariciaba con mis manos tu pecho y tu me acariciabas la espalda que por si no lo sabes es mi punto débil que me hace vibrar de una manera excepcional, tus manos me apretaban y yo aumentaba los besos que te daba. Era como si el mundo se hubiera parado en ese instante y solo existiéramos los dos, dos seres que han sufrido por amor y que trataron por esa noche que se desvaneciera. Te levantaste un poco para quitarme la ropa y cuando los dos estábamos completamente desnudos me pediste entrar dentro de mí ya que no podías contener las ganas de tenerme mas cerca. Entraste lento y un sonido de éxtasis salio de mi garganta me tomabas de la cintura y nuestros movimientos se aceleraban cada vez mas, no parábamos de besarnos y sentirnos, el calor de nuestros cuerpos lo decían todo, mezclándonos en sudor y sintiendo nuestra agitada respiración. Los dos terminamos satisfechos por lo que había sucedido, te abrace y tu cerraste los ojos no lo sabías pero me quede un rato contemplándote, viendo como respirabas y como te desprendías de la realidad para pasar al sueño hasta que me quede dormida enlazada a tu cuerpo.”

Así fue esa noche, se entregaron, se disfrutaron como hace mucho no lo hacían y durmieron abrazados, después de esa noche, todo volvió a la normalidad, no se sabe que les deparará el destino a esos dos seres que trataron de vivir una tregua para olvidar el dolor que los agobiaba, se ha dicho que ellos no quieren una relación estable tal vez el miedo a no poder manejar la relación y terminar dañándose el uno al otro. El se encuentra perturbado por los fantasmas de su pasado y ella vive con el miedo de no poder encontrar al hombre que la haga feliz eternamente.

Dos amigos, dos historias, soledad y pasión engloban su relación, solo ellos podrán escribir el final, solo ellos tienen en sus manos la pluma y el papel para decidir lo que harán…

2 de mayo del 2007

Melissa García Cámara

Entre Ausencia y Pasión…