sábado, 27 de enero de 2007

Cariño mio

Cariño Mío:


Hoy me levante antes de que saliera el sol, el césped estaba húmedo tanto que mis pies se pusieron helados pero esa sensación de sentir cosquillas en los pies me agradaba. Me acerque a las rosas y ese aroma que tienen penetro en mi nariz y me acorde de la primera rosa que me diste, fue tan bonito verte ahí parado frente a la puerta de mi casa empapado por la lluvia, en todo tu rostro resbalaban gotas de lluvia y la rosa que tenías en la mano también estaba mojada entonces baje corriendo sin importar que me mojara abrí la puerta y antes de que me dieras la rosa te abrace con una fuerza inmensa parecía un oso apretando a su presa hasta matarla después de 5 minutos de abrazarte te solté y recorriste con los pétalos de la rosa toda mi cara primero la frente después las mejillas, la nariz y por ultimo mis labios quitaste la rosa y nuestros labios se unieron y nuestra saliva se mezclo con la lluvia, me acuerdo como la gente se nos quedaba viendo como si fuéramos unos locos, eso no nos importo nos amábamos y eso no era ningún pecado.

Me sujetaste de tu mano y brincamos por los charcos que se formaban en la calle en ese momento éramos unos niños felices sin ninguna preocupación, fue tan bella esa noche pues no nos importo ni la gente ni la lluvia. Esa noche nos recostamos en el jardín de mi casa poco a poco la lluvia disminuyó y vimos las estrellas brillar me gusto acostarme en tu pecho pues oía el latido de tu corazón y me quede profundamente dormida como un bebe recién nacido buscando el latido del corazón de su madre para tranquilizarse y poder dormir, no sé si tu te dormiste igual de rápido fue una experiencia hermosa.

Ahora que te fuiste solo vivo con el recuerdo es lo que me mantiene viva no te reprocho nada te doy las gracias pues me enseñaste amar, aprendí a sentir la emoción de besarte, aprendí a ignorar a esa gente que te ve como bicho raro, como si estuviéramos cometiendo un acto maligno. No me arrepiento de haberte amado pues tu me enseñaste a vivir y amar, eres el aire, el agua, la sed de cariño que el creador sembró en mi corazón.

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